sábado, 6 de agosto de 2011

Para que no haya más Durán en España


CIU y el PP tienen dos cosas en común: primero, son conservadores, por mucho que la burguesía catalana arremeta contra sus camaradas económicos de Madrid; y segundo, ambos son erizos asustados que dan bandazos en función de sus intereses. Cuando un partido político vive de lo inmediato, acaba convertido en un pelele pusilánime. El hecho de que Durán alabara hace dos semanas a Zapatero por convocar elecciones y que ahora pida otro adelanto es una demostración de hipocresía, de falta de norte, de falta de ideología más allá del poder. Es un insulto a la inteligencia, una forma más de mostrar que en el fondo es mejor un rival duro pero directo (el PP) que una serpiente que se mueve en continuas S para conseguir más pasta. Porque CIU hace lo que hace para desviar la atención sobre el draconiano estilo de Mas y compañía, y que podría devolverles a la oposición dentro de cuatro años. Porque los recortes sociales tienen un precio, diga lo que diga el sentido común. De todas formas, el comportamiento de ambos partidos son otra prueba más de la partitocracia que domina España, desde el PSOE al PP, pasando por esa tercera pata del sistema, los nacionalistas, tan culpables como los dos grandes, o incluso más, porque lo único que desean es seguir mamando de la teta del Estado hipócritamente mientras lo critican. Como un maltratador psicológico: te insulto, pero te pido todo. Con estos partidos más valdría resetearlo todo y empezar de cero. Para que no haya más Duran en España.

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